La piratería vegetal. El gran enemigo de la investigación.
1 de Mayo de 2012
Cuando hablamos de piratería, rápidamente la relacionamos con la distribución
ilegal de material sujeto a derechos de autor como son programas informáticos ,
o bien material artístico como son películas, música o fotografías en todo caso
sin el permiso del creador. Piratería
desde internet, que según fiables estadísticas
al menos una cuarta parte del tráfico en
la red son de descargas ilegales. La piratería también usa otros medios como la
venta callejera, comercializando además falsificaciones de productos de marca
(textiles, cosmética, bisutería, etc). En todo caso, dos elementos corren
paralelos: por un lado la ingente
cantidad de dinero que se ha estafado al fabricante o autor, y por otro la
gravedad del delito producido, aspecto este último que pretende conmover no
sólo al impostor, sino también al fuera de ley
o `adquisidor´ de tal mercancía, obra o servicio.
La fruta de hueso es una de las más innovadoras en obtenciones. |
Un Obtentor puede ser una empresa o simplemente una Universidad, que emplea ingentes recursos en investigación
de nuevas variedades de cultivo de cualquier especie vegetal esperando que su
producto tenga un valor añadido para el agricultor, de tal forma que éste
último mejore su rentabilidad con esa
nueva variedad cultivada, y el Obtentor cobre a cambio un Royaltie o cantidad
económica muy proporcionada y discreta frente al beneficio que repercute sobre
el agricultorpor cultivarla, dinero que se aplica en concepto de licencia de
explotación. El beneficio obtenido puede
ser una mayor productividad, o simplemente una mayor calidad comercial, lo que
se traduce en un mejor precio. Los
agricultores que han pagado sus licencias de explotación, contribuyen de esta
manera a mantener el aparato de investigación que lleva detrás su nuevo
producto, con las garantías que esto implica en su relación contractual con el
Obtentor, sabiendo que paga por adquirir
una planta (o semilla) más una especie de tasa o alquiler por el privilegio
concedido al disponer de esa variedad.
¿Pero qué sucede si otro agricultor no respeta esta propiedad intelectual y reproduce o cultiva plantas protegidas sin permiso ? Las consecuencias son nefastas para todos, resumiendo:
Melocotoneros en Murcia |
¿Pero qué sucede si otro agricultor no respeta esta propiedad intelectual y reproduce o cultiva plantas protegidas sin permiso ? Las consecuencias son nefastas para todos, resumiendo:
- --- El resto de los agricultores que sí han pagado
se vuelven menos competitivos ya que producen el mismo producto sin el
sobrecosto que se ha saltado el pirata, luego es una estafa hacia los primeros.
- ---El aumento descontrolado de esa variedad puede
hacer que la misma tenga un precio peor pagado en los mercados, produciendo doble estafa de nuevo a los
agricultores `legales´.
- --- El Obtentor no recibe su parte del trabajo ,
luego ve peligrar su esfuerzo investigador invertido y de tal forma no se progrese en la
investigación, perjudicando la competitividad del sector, del cual forma parte.
- --- Los investigadores ven peligrar por un lado sus
puestos de trabajo pero sobre todo ven frustrados en parte su reconocimiento
profesional por quien no paga tasa alguna por sus innovaciones.
- --- Los consumidores son engañados ya que las
variedades son cambiadas de nombre o enmascaradas, y en cierta medida la
situación de producto ilegal frena la confianza que debe existir en toda la
cadena productiva.
- El grave delito penal en el que incurre el
productor `pirata´, moviliza amplios recursos de la Justicia que debieran ser
empleados en otros fines. El cultivador o viverista ilegal sufrirá finalmente las
consecuencias de una sentencia en la mayor parte de los casos condenatoria y
muy gravosa como bien es público.
En ese
sentido, convendría aclarar que el productor fuera de ley, en algunos casos no
es consciente de la gravedad del hecho producido, (no por ello es menos
agravante ), y en ningún caso se
compensa el daño con el pago de la tasa estipulada, sino que las cantidades a
compensar son manifiestamente superiores y pueden llevar directamente a la
ruina al productor detectado, cuando no a la cárcel en caso de tener
antecedentes penales. (Hablamos de un delito grave, no de un hurto o parecido) Para hacernos una idea, es mayor delito que
un agricultor frutero por ejemplo,
injerte sin permiso cincuenta árboles de una variedad protegida en su
explotación sin permiso del obtentor,
frente a que le descubran llevándose con su remolque robados 10.000
kilos de fruta de su vecino. ¿Alguno no
se lo cree? Por si acaso, que no haga la prueba, la Ley es muy explícita y en
este aspecto caben pocas escapatorias.
Investigación privada, fuente de riqueza. |
La reproducción ilegal de plantas de variedades protegidas
constituye el mismo grave delito que su explotación sin permiso. Pensemos que
no hablamos de uso propio, como comprar un CD pirata y verlo en nuestra casa. ¿Se
imaginan acudir a un cine y que la película que proyectasen en una sala
abarrotada fuera una copia ilegal? Una variedad cultivada sin permiso, es un
robo en el que la mercancía sustraída la exponemos a ojos de todos en el
campo. La identificación varietal vía
ADN no deja interpretaciones, y el
infractor se la juega con un riesgo elevado. . Aunque su finca esté vallada, alejada
de todo, aislada, …, al final, todo se sabe y todo se descubre.
Existen defensores de la libertad vegetal, supuestos ecologistas que defienden la
anarquía de que las plantas no pertenecen a nadie. Y así es, en parte. Las variedades antiguas
son libres, son de libre reproducción, y son la gran mayoría por cierto. Sólo las que han sido obtenidas en un plazo
reciente en años ( 30 años en el caso de frutales) están sujetas a derechos de
obtentor. Pero eso no es una traba a la
libertad, al revés es un estímulo al desarrollo, una opción de compra, nunca
una imposición.
Variedades antiguas de albaricoque. |
La piratería vegetal, más allá de un delito de violación en
toda regla, es el baremo que diferencia la agricultura competitiva, que busca
la calidad y el lucro legítimo, es decir, el lucro que favorece a todos los
actores que participan en la cadena hasta llegar al consumidor, frente a la
agricultura de los piratas, que sólo miran por sus beneficios y dan la espalda
a todo lo demás, empezando por el respeto a la Ley.