Los hay periodistas a título individual, que se meten a dar cursos de olivicultura que copiaron de otras fuentes o aprendieron en manuales cobrando buen dinero por ello, ole su engaño; los hay también cocineros, que hablan de tecnología de los alimentos como si supieran ni siquiera de donde vienen los mismos y no saben por ejemplo que una alcachofa no es un fruto, sino una inflorescencia; los hay incluso políticos, que hablan de proyectos agrarios sin tener idea alguna sobre su viabilidad, pero lo bien que nos lo venden claro; los hay por otro lado jóvenes aguerridos, que dicen ser técnicos especializados en qué más da el cultivo, y en verdad no saben hacer la o con un canuto ni pisaron universidad alguna. Los hay en definitiva para todos los gustos. Y mientras tanto, los Ingenieros Agrónomos, y nuestros hermanos los Ingenieros Técnicos Agrícolas, (que actualmente no se diferencian), pasamos como unos simples `peritos´ más, rodeados de intrusos, y que encima su palabra valga tanto como la tuya. La democracia de los ignorantes, la desconfianza hacia los que tienen preparación frente a los que tienen simplemente labia y más voces dan. Porque en el mundo de la producción de alimentos todavía quedan demasiadas boinas que asombrar. Aunque no nos equivoquemos, que donde más boinas hay es en las ciudades, y donde más asombra-boinas, en la televisión, en las redes sociales, etc.. Pues eso , queridos asombra-boinas, que yo por mi parte seguiré investigando, leyendo, contrastando, adquiriendo experiencia y sobre todo publicando datos técnicos y dando algunas charlas y seminarios, no sea que a vosotros se os acaben las fuentes de donde alimentar vuestro espíritu de cotorras que repiten mensajes como si fueran propios y sin comprenderlos jamás. Me recordáis al dueño de este camello, (no le saco en la foto por respeto) cuyo animal da vueltas al molino sin saber si prensa aceitunas, trigo o cacas de oveja, lo importante es lo guapo que salga el camello en la foto cuando el turista pase por ahí y por ello recibir una propina en metálico, que la cosa está muy mal.
