domingo, 4 de febrero de 2018

La codicia humana representada en una variedad de olivo: arbequina.


Soy David Marcos, el mismo sí,  y aunque llevo años sin escribir en este blog, me permitiré empezar como aquel famoso teólogo que dijo al retomar sus clases años después: <<como decíamos ayer...>>.

Hoy me trae por aquí comentar algo que llevo años observando, conviviendo y a veces incluso sufriendo. Y es la desmesura con la que la olivicultura (entiéndase la relación entre las personas y los olivos) acoge la variedad arbequina como panacea de desarrollo, de crecimiento, de ir hacia adelante. Algo que ya recogía un libro escrito en 1926 mencionando a los viveristas que querían introducirla por doquier en nuestros campos ( cita de P. Jaramillo). Nada nuevo bajo el sol. ¿ Qué hay de malo en ello entonces? No, no voy a hablar de erosión genética. Que tenemos cientos de variedades en España y arbequina supone el 50 % de todas las plantas comercializadas hoy día.  O podemos hablar de modelo de crecimiento poco respetuoso con el medio, de plantaciones en seto con gran depredación de recursos hídricos, aparte de abonos y pesticidas , porque en verdad no conozco, al menos yo, un olivar en seto ecológico.
Pero no, no voy a entrar en ese debate, todo eso ya se sabe y se lo dejo a los peritos que tanto les gusta dar datos una vez que aprenden algo o eso creen. Voy a hablar de lo que esconde este tipo de olivo en su éxito de plantaciones, simplemente la codicia humana. El dios dinero. El hágame rico yo que el que venga después no me importa. Todo eso materializado en una variedad de olivo llamada arbequina, destinada a ser cultivada para ganar mucho dinero, y por supuesto hacer ricos a todos los que participen de ella, desde el vivero, el agricultor y por último el comercializador. Cada uno se instala en su codicia, compite con los que juegan un mismo papel sin generosidad ni concesiones, y llevan hasta las últimas consecuencias el querer ganar más y más. 

LOS VIVEROS viven una burbuja de producción y comercialización de plantas de olivo que da vértigo. Se suma el fracaso de otros cultivos ( bajo precio en cereales, alto costo en vid, desilusión ante el almendro, etc) , con los interesantes precios de aceite de oliva. Producir planta es muy fácil, y ponerla en el mercado de forma rápida es un beneficio sustancioso. Más y más arbequina, que es la que me piden. Y por supuesto sin subir precios, al menos eso les honra, o quizás se deba a que desde Marruecos ya han entrado más de cinco millones de plantas en 2017, y las que vengan este año, claro, a precios por debajo de 0,65 euros por planta, cuando en España los costes de producción deben andar en ese orden. ( maceta 7x7 planta de un año). El empresario marroquí gana, con salarios de menos de 150 euros a sus trabajadores y fronteras abiertas esto es Jauja. Hasta que nos metan la Xylella que saben tienen en Marruecos pero aquí ni allí nadie confiesa. Pasará como con las palmeras de importación que nos infestaron de picudo rojo y trajeron la catástrofe. 
Pero vamos, aquí en España no pasa nada, los viveros siguen codiciando más y más, ante todo multiplicar la producción de planta, que todo se vende, y las burbujas no existen, todo va viento en popa, tanto para los viveros legales como los ilegales, que en España existen y no pocos.

LOS AGRICULTORES siguen sin saber de olivicultura. Les han dicho que con la arbequina en seto se mecaniza todo, que da muchos kilos y por tanto se gana mucho dinero. Y así buscan planta con codicia, al mejor postor. Por 0,05 euros de diferencia de precio por planta entre un vivero y otro se van corriendo y se llevan los consejos que le diste gratis. Cualquier técnico que le haya regalado los oídos con superproducciones de cosecha por supuesto a bajo coste de producción les servirá para convencerse. Por fin un cultivo rentable piensan, un cultivo arbóreo para mí, para ganarle yo, y no para heredar ya que producen rápido y además mis hijos no están interesados en el campo. La codicia hace que no piensen que puede pasar si sobra en el mercado arbequina después, si su parcela está expuesta al frío, o si tendrán que buscar más agua, recurso escaso y que algún día faltará. 

LOS COMERCIALIZADORES, transformar, envasar y vender. Codicia de vender más sin pensar en la calidad, pues arbequina en muchos casos está trayendo aceites muy defectuosos al mercado, sobre todo de plantaciones en seto muy regadas y de alta producción, con aceites lavados que se oxidan pronto y pierden todas sus bondades. Pero no pasa nada, a alguno le sonará lo de aceites desodorizados, simplemente aceites de arbequina que una vez rancios se les quita el olor por tratamiento de vapor de agua el cual arrastra sus bondades igualmente. Un encabezado con otro Virgen extra y de nuevo al lineal. La arbequina les viene genial , aceituna barata para ganar más. Y al campo de batalla con tu marca y su posicionamiento. Que si pueden comprar tierra mejor, así se burlan de la codicia de los agricultores. 

En fin, arbequina, el olivo de la codicia, o la codicia convertida en tipo de olivo. Sea como sea aún te queda mucho por andar, pues aunque en el mundo no se pueda algún día plantar más olivos, la codicia nunca se quedará plantada y por otros sitios discurrirá.

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